lunes, septiembre 17, 2007

Aventura Nocturna

Aventura Nocturna

Otra vez una noche de soledad, sin nadie cercano para abrazar o abandonarse a actividades eróticas.
Doy vueltas en la habitación recordando la última aventura nocturna contigo: un ambiente tranquilo viéndote desnudo en la cama, susurrándote deseos al oído… y de nuevo tener conciencia de mis pasos en medio de la habitación…
De pronto, una idea se me presenta clara e insistente: salir a la calle a buscar compañía pagada. El sólo pensamiento hace que me agite, y una corriente sensual recorra mi espina dorsal.
Tomo las llaves del auto y salgo a la búsqueda del mercado nocturno: la calle de las sirenas (o de los tritones). Conozco la calle porque es parte del folklore citadino, información no publicada en ninguna guía turística local o foránea…
Pues no, nadie en la dichosa calle y… “Qué tal si doy la vuelta. Tal vez tenga más suerte”.
Doblo a la derecha en la primera esquina y… diviso una figura. Disminuyo la velocidad y me acerco poco a poco. Intercambiamos rápidamente una mirada nerviosa y difícil de sostener. Lo veo bien… vestido como para ir de fiesta, moviéndose de forma inquieta.
Detengo el auto cerca de él y, cuando me propongo abrir la ventanilla del lado del copiloto, me lanza una mirada con un gesto mezcla de disgusto y sorpresa. A punto de pronunciar la pregunta: ¿cuánto?... me doy cuenta que no está esperando cliente…
Con la cara roja de vergüenza volteo hacia el frente y arranco el carro, hacia la soledad de la noche…
Efrén.(Jul-06)

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